Tuesday, 12 de March de 2019
Una de las misiones principales de este personal, ha consistido en velar por la vida y salud de los demás miembros de la Fuerza y sus familias, teniendo incluso que exponer la propia, en arriesgadas misiones de evacuación terrestres y helicoportadas, donde han enfrentado la cruda realidad de la guerra, convirtiéndolos en un apoyo invaluable para el desarrollo de las Operaciones Militares.
Es precisamente en una evacuación de heridos en desarrollo de una operación militar, donde Elizabeth Vélez Salazar, una enfermera oriunda de la capital colombiana, egresada de la universidad Nacional en el año 1998 y graduada de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova como teniente del arma de sanidad en el año 2000, resultó herida por acción directa del enemigo, convirtiéndose así, en la primera oficial mujer herida en combate.
Caracterizada por ser una mujer de gran talante, con carácter fuerte, pero a la vez risueña y sensible cuando de pacientes y su familia se trata, no conforme con alcanzar su sueño de ser enfermera jefe y llamada por su vocación de servicio, decidió incorporarse al Ejército Nacional para servirle a su patria y conciudadanos el primero de septiembre del año 2000; al alcanzar el título de oficial del Ejercito fue designada por el mando superior para que se desempeñara en el Batallón de Infantería n°. 16 "Patriotas", como directora del Establecimiento de Sanidad Militar.
Culminada su excelente labor, en esta unidad militar, fue designada como Directora del Establecimiento Militar del Batallón de Ingenieros de Combate n°. 4 "General Pedro Nel Ospina", en Bello, Antioquia; es precisamente allí, a sus 27 años, donde vivió uno de los episodios que más le ha marcado su vida como militar y enfermera, sufriendo las imborrables cicatrices que la guerra le haya causado.
El 10 de Junio de 2004, se le delegó la responsabilidad de liderar la evacuación médica por vía terrestre, para asistir y salvar la vida de algunos de sus compañeros heridos por el enemigo, en la vía que de Yolombó conduce a Porce al norte de Antioquia, cuando movilizándose en la ambulancia, de civil y con las prendas y signos que distinguen al servicio médico, establecidas por el Derecho Internacional Humanitario, fueron interceptados y obligados a detenerse por un grupo de hombre armados en retén ilegal, quienes luego de aproximadamente 15 minutos de detención, se enfrentan en armas con tropas del Ejército que circundaban en el área, y es precisamente allí, en medio de la oscuridad y el fuego cruzado, donde la oficial recibió en su cuerpo, cinco impactos de fusil, que amenazaron su vida y pusieron a prueba su fe en Dios y su amor por la Patria.
Con su carácter fuerte y su aplomada tranquilidad, aún herida, instruyó medicamente a la tripulación que la acompañaba para garantizar la vida de los heridos que llevaba consigo y la propia, posteriormente fue evacuada a la unidad militar más cercana donde le prestaron la atención médica que coadyuvaría a fortalecer su lucha incansable por sobrevivir.
Finalmente, fue evacuada a la ciudad de Medellín, al Hospital Pablo Tobón Uribe, donde luego de varias intervenciones médicas y quirúrgicas lograron estabilizarla y salvaguardar su vida.
Desde aquel entonces han trascurrido ya casi 15 años desde aquella madrugada, y la Teniente Coronel Vélez Salazar, recuerda los sucesos acaecidos como si hubieren sido ayer, con la serenidad y tranquilidad que la caracteriza, con seguridad y confianza, orgullosa de la labor que ha desempeñado a través de sus ya casi 20 años de profesión militar, lo que la ha llevado a describirse como una mujer emprendedora, que siempre trata de verle el lado positivo a la vida, transformando cada momento difícil en una prueba que reta sus capacidades y la obliga a superarlas; definición que sin duda alguna, la convierte en una mujer invaluable y única, agradecida de Dios y de la Institución Militar que le dio la oportunidad de perseguir sus sueños bajo el llamado que le hizo la vocación militar.
Actualmente, la oficial se desempeña en el Establecimiento de Sanidad Militar de Oriente en la ciudad de Villavicencio, desde donde sirve incansablemente a la profesión de las armas bajo la premisa